miércoles, 25 de abril de 2012

 LA IZQUIERDA SE DESPIERTA Y SE DESPABILA


El tema Conga marcha a un desenlace a todas luces complicado. La alianza entre Yanacocha, el gobierno central y la derecha neoliberal ha puesto en marcha una formidable campaña destinando millonarios recursos, poniendo a disposición una poderosa maquinaria mediática, utilizando las instituciones del aparato estatal, usando una pléyade de mercenarios de la información, plumíferos a sueldo, abogados sin alma, medioambientalistas especializados en lavarle la cara a la minería, políticos corrompidos, políticos medrosos, oportunistas que se hacen de la vista gorda, oscuros personajes que cobran notoriedad repitiendo los libretos preparados por los servicios de inteligencia.
Todo para manipular a la opinión pública, para meter miedo y doblegar a la dignidad del pueblo cajamarquino, para arrinconar a sus autoridades y dirigentes consecuentes. Todo para allanar el camino hacia el oro. No importa la desaparición de cuatro lagunas y las fuentes acuíferas que abastecen a un conjunto de cuencas y micro cencas, los daños irreversibles al medio ambiente, la desprotección de miles de familias campesinas. Tampoco importa la opinión de los cajamarquinos ni de las comunidades directamente afectadas, a fin de cuentas la democracia en el país ha sido una y mil veces pisoteada cuando se trata de defender los intereses de los poderosos.
Lo sorprendente es que todos estos esfuerzos no estén dando los resultados esperados por sus promotores. Es ejemplar la lección de dignidad de los cajamarquinos que resisten heroicamente esta andanada. Se sabe que muchos operadores de Yanacocha que han ido a las comunidades pobres a repartir prebendas han sido repudiados y expulsados; tampoco ha funcionado la campaña de amedrentamiento contra las autoridades y dirigentes sociales, todos ellos con procesos judiciales, hostigados y perseguidos permanentemente.
En este panorama hay que advertir sobre la posibilidad que el gobierno central, con el respaldo de Yanacocha y la derecha neoliberal, opte por una medida autoritaria y pretenda imponer el proyecto Conga a sangre y fuego. No olvidemos que en Cajamarca ya se decretó anteriormente el estado de emergencia y el toque de queda; tampoco olvidemos la tendencia autoritaria del gobierno para encarar otros conflictos sociales, con el saldo de numerosos pobladores muertos y heridos. 
Algo se mueve en los predios de la izquierda. Reencuentros con ciudadanos de a pie que mantienen aún una cierta expectativa de cambio en el gobierno, pero expresan al mismo tiempo un ánimo contestatario. Reuniones semanales de los diversos partidos y movimientos de izquierda con miras a una acción conjunta tanto en la coyuntura como en el mediano y largo plazo. Preparación de eventos ciudadanos y partidarios que anuncian el abandono del letargo y la puesta en marcha de un poder en movimiento. Todas estas movidas apuntan, al parecer, a la conformación de una fuerza política de izquierda como alternativa de gobierno.
Si quiere gobernar las regiones en el 2014 y el país en el 2016, la izquierda está obligada a realizar una serie de tareas políticas indispensables. En primer lugar, debe convocar a la unidad de los partidos y los movimientos (nacionales y regionales) de ese signo que quieren realizar la gran transformación en democracia. Eso supone el abandono de las nostalgias y los dogmas del pasado y la superación de la desconfianza y del espíritu faccioso. En segundo lugar, ella está llamada a hacer un balance crítico y autocrítico del 80 en adelante. Hay avances significativos en esa dirección. Es el caso del libro editado por Alberto Adrianzén, cuya presentación desbordó el auditorio de la BNP.
En tercer lugar, la izquierda tiene que ofrecer una visión del Perú en el largo plazo que defina un horizonte utópico movilizador. Es necesario recuperar el derecho de los peruanos a soñar en un Perú ideal. Los pilares de esa sociedad soñada son los eternos ideales de la justicia, la libertad, la solidaridad y la autonomía del Perú en el mundo globalizado. En cuarto lugar, la izquierda tiene que partir del Perú actual con sus continuidades y sus cambios. Para bien o para mal, este país ya no es el mismo de los 70. Se tiene que tener en cuenta los cambios producidos para mantenerlos o para superarlos. Salvo uno, el de la servidumbre rural y la independencia de los campesinos, los grandes clivajes que definen la estructura social, económica, política y cultural del país (dependencia-autonomía, modernidad-tradición,capital-trabajo,centralismo-descentralismo, homogeneidad-diversidad cultural) se mantienen en pie, pero ha cambiado el peso y la importancia de cada uno.
La conformación de la izquierda como un frente amplio, de su estrategia y de sus tácticas tiene que partir de la articulación ponderada de estos clivajes. Los partidos no se fundan por decreto ni por refinados diseños institucionales. Se forman en la lucha que nace de estos clivajes. En quinto lugar, la izquierda debería abandonar el esquema schmittiano (también leninista) de amigo-enemigo en el campo de la política interna. Esa concepción conduce a ver la política como guerra y como confrontación permanente. Lo que la izquierda tiene que evitar sobre todo es la mezcla de la política con la religión o con la ética que conduce a la idea de una enemistad absoluta. Según esta tesis todos los enemigos son malos y hay que eliminarlos.
En sexto lugar, la izquierda está obligada a defender el Estado-nación como espacio de ejercicio de la ciudadanía y de la democracia mientras no se invente la comunidad sudamericana que integre a los Estados-naciones actualmente existentes. Eso implica el impulso de políticas que encaucen y hagan gobernable la globalización. En sétimo lugar, la izquierda debiera postular los avances de la ciencia y la tecnología como base del desarrollo y revalorar a los intelectuales y a los organizadores de cultura como creadores de proyectos políticos, culturales y morales y de espacios de hegemonía y de integración social y nacional. En esta tarea juegan un papel muy importante los medios que, en su mayoría, han sido monopolizados por la derecha. Felizmente hay medios y programas que ponen el toque del pluralismo. Pero sobre todo están las redes sociales y el internet, el diario libre en el que pueden comunicarse un número creciente de ciudadanos.
En octavo lugar, la izquierda está llamada a adecentar la política convertida por algunos políticos y gobernantes en un albañal. Política y ética son realidades diferenciadas, pero no debieran caminar separadas. Entre los fines buenos y los medios no siempre santos de la política, la izquierda tiene que colocar los valores que adecentan la política. En noveno lugar, la izquierda tiene que acompañar y expresar (en el campo de la política) las demandas contestatarias y negociadoras de los ciudadanos que constituyen un poder en movimiento. Finalmente, si la izquierda quiere gobernar tiene que ganar a las clases medias rescatando sus valores de progreso y sus exigencias de respeto a la libertad.

viernes, 13 de abril de 2012

REFRESQUEMOS LA MEMORIA DE OLLANTA HUMALA

QUE  IRONIA  DE LA VIDA AMIGOS, PROMESAS TAN SOLO PROMESAS,ACUERDESE  QUE LOS SERES HUMANOS NO COMEMOS, NI RESPIRAMOS ORO USTED MISMO LO DIJO  Y AHORA QUE DIRAN DE USTED TANTA GENTE QUE APOSTO POR UN LOBO DISFRAZADO DE CORDERO.
Y  AHORA  QURE DICEN LOS SEGUIDORES Y FANATICOS DE HUMALA,CUAL ES LA OPINION QUE TIENEN DE SU LIDER.TAN MENTIROSO COMO LOS  EMPRESARIOS DE LA MINERIA YANACOCHAS VEANLO, QUE MAS QUIEREN PARA CONVENCERSE.


 
UNAMONOS Y DEFENDAMOS  LA VIDA POR QUE EL AGUA ES VIDA
EL AGUA ES VIDA